teniendo la esperanza de que algún día
volverá a encenderse esa llama,
que hoy habita apagada en el corazón...
También a veces, es soportable la tristeza,
cuando puedo cerrar los ojos
e imaginar cientos de momentos,
recrear a mi gusto cada encuentro...
Puedo soportar el llanto,
cuando al menos tengo una almohada
que cada noche recoge las lagrimas
derramadas sin consuelo...
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