A veces me pongo a pensar en él,
más en estas fechas,
en que sé que anda dando un tour por este país.
¿Qué pasaría si lo tuviera frente a mí?
tal vez gritaría de la emoción,
o tan solo me quedaría inmóvil,
una sonrisa definitivamente si le mostraría,
y le diría: “Flaco, una foto por favor”
le robaría un abrazo, para quedar por un momento impregnada de su olor,
le daría las gracias, por acompañarme en todos estos años de mi vida,
por estar con su música, en esas tantas noches en vela,
esos días de lluvia, esos días de llanto, esos días de alegría.
En esa última estación de su gira; el penúltimo tren, fue la primera vez que lo vi en vivo,
lo recuerdo perfectamente, fue un sábado 12 de noviembre del 2011,
para mi suerte, regresó un año después, acompañado de otro genio; Serrat,
fue un martes 23 de octubre del 2012,
este año no tuve la suerte de verlo, pero me llenó el corazón de alegría,
que por primera vez visitara mi ciudad, Juárez, Chih.
Joaquinito, 19 días y 500 noches, es muy poco tiempo para aprender a olvidarte, ni tomando pastillas para no soñar, podría dejar tu música, tu letra, tu voz. Y aunque no hay nostalgia peor que añorar lo que nunca jamás sucedió, añoro el día en que pueda verte a los ojos, regalarte mi sonrisa y abrazarte por fin. Por ti, en mis lunes al café del desayuno, vuelve la guerra fría, y los jueves son cobardes. Espero subamos juntos a ese tranvía para mudarnos al barrio de la alegría. Y a esas amarguras que no son amargas cuando las canta Chavela Vargas y las escribe un tal José Alfredo, le añadiría; y mucho menos cuando se escucha a ese Sabina, ese que usa bombín, el que dice que; “está bien tener sombrero por si se presenta una buena ocasión para quitárselo”.
Se te Quiere Flaco… ♥
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